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El Señor Montenegro
El tipo ya
llamaba la atención por su capacidad de trabajo para concretar una historieta
cuando, de adolescente, era alumno del maestro Alberto Breccia. Hacía
incontables estudios de cada personaje hasta lograr lo que tenía en mente. En
ese entonces ya se empezaba a destacar porque lo que hacía era distinto. Y ni
hablar cuando empezó a pintar sus imágenes con acrílico, para después de pintar
mucho ir a estudiar diseño en la
UBA y empezar a trabajar en formato digital hasta hoy día.
Al contemplar
su obra uno no termina de entender cómo es que usando formas simples como
círculos, triángulos, cuadrados, construye tan admirables y complejas
composiciones. Y es entonces cuando uno piensa que el tipo debe tener varios
pares de ojos guardados para usar cuando labura, porque a uno no le alcanzan
los dos ojos que humildemente tiene para mirar y admirar su fantástica obra y
todos sus detalles. Se siente alivio, y alegría, claro, de saber que hay gente como
él que, además del talento innato, se toma tan en serio su trabajo. Porque es
la gente que hace de su oficio un arte y su obra pasa a ser un regalo para nuestros
sentidos.
No por nada
el tipo colabora constantemente en publicaciones para todo el mundo. Y no por
nada fue elegido recientemente por Taschen para integrar el libro de los 100
ilustradores más destacados de la actualidad.
El tipo es
un capo en lo suyo y sigue siendo un gran laburador. Pero, qué cosa, ¿no?:
también sigue teniendo el perfil bajo que lo caracterizó siempre.
¡Salú, Sr. Christian Montenegro!
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