lunes, 26 de enero de 2015

VIDAS MODERNAS Hoy cocina: ÁNGELES DURINI

(Click sobre la imagen para agrandar)

Nos cuenta Ángeles sobre el hacer de su texto:

Vidas modernas nació de mirar. Con Gloria Silva y Cecilia Larese Roja nos pusimos a mirar libros con reproducciones de pintores latinoamericanos con la idea de escribir versos. Me atrajo el cuadro Ciudad Lagui de Xul Solar, sus edificios con sus chimeneas sacando humo en forma de rulo, y cuadros de otras ciudades con caminos y escaleras, por las que sobrevuelan globos. A los seres humanos se los ve chiquitos, caminando por esos laberintos.  

Comencé a imaginarme una vida en Ciudad Lagui, dos seres que se quieren en esta gran ciudad. Los vi a los dos buscándose por aquellas escaleras y al minuto siguiente, enojarse y replegarse cada uno en sí mismo, cada uno en su casa, en su rulo. En su mambo. Pero extrañándose. Cosas que pasan en una gran ciudad, donde la comunicación se facilita y se dificulta casi al mismo instante. Estos seres llevan vidas modernas, con un fuerte sentido de la individualidad pero sin perder la necesidad del encuentro con el otro. Sin detenerse a pensar en una etiqueta para su relación de amistad. ¿Serán amigovios? 

Conversé con Didi en un pasillo de la feria del libro. Después nos intercambiamos correos, cada una en su rulo, aunque a veces nos encontrábamos. Y Didi empezó a trabajar sobre los versos que le envié, sobre Xul y Rinoceronte. Y les puso cuerpo e inventó una nueva ciudad. Trajo los juegos que aparecían en las revistas, como los laberintos y el completar figuras. Jugó e hizo todo más divertido, más vivo, valga la redundancia. 


jueves, 1 de enero de 2015

MI COCINA EN VIDAS MODERNAS



(Click sobre las imágenes para agrandar)

En este libro álbum que publicó hace poquito Ediciones del Eclipse, me encargué de las ilustraciones. El texto poético es de la escritora Ángeles Durini. Como el texto de Ángeles me pareció muy suelto y juguetón, me invitó a jugar, a entrar a una gran ciudad con escaleras que suben y bajan y bajan y suben, con ventanas para jugar a las escondidas y chimeneas con rulos de humo. Me invitó también a  imaginar a dos personajes extravagantes y queribles a la vez: Xul y Rinoceronte. Y entré con gusto en ese juego que Ángeles me proponía desde su escritura, pero hice y deshice mucho hasta que encontré la manera de darle forma a ese mundo y definir el aspecto de los protagonistas.
Para dar con Rinoceronte, lo primero que hice fue dibujar un rinoceronte real y después tratar de humanizarlo.
Algunos de los bocetos:



Por acá con vestido:

Y acá ya el dibujo definitivo (es el de tapa) pintado con gouache y todavía sin la intervención digital:


La cosa fue definir la apariencia de Xul, que empezó siendo un hombre de barba corta:


Después lo transformé en un señor de barba muy larga:


Hasta que se convirtió definitivamente en un ser mezcla de humano y animal, algo gatuno si se quiere:


Acá en la ventana de su departamento:


La imagen de la ciudad donde viven estos amigos que se encuentran y se desencuentran, acá en el primer paso, pintada con gouache:


Y ya la definitiva, con agregados digitales:


Y así como las palabras del texto invitan al juego, en varias páginas las ilustraciones invitan al que quiere a jugar, como esta donde dice:

"Allá va Xul
con su Rinoceronte
tomados de la mano.

Por el camino van,
por donde van los otros,
y la noche los pesca.
Entonces ellos
se meten por una ventana,
              por varias.

Espirales de humo gris,
                escaleras blancas". 


Como dice en contratapa:

"Una gran ciudad puede complicar los encuentros entre una pareja de amigos que se quiere.
Qué se dicen, qué se callan, cómo se distancian, se pierden y se vuelven a encontrar..." .