Hay un señor que se acuesta
bajo la sombra del tilo
y duerme todas las tardes
su siesta lo más tranquilo.
Lleva un traje arrugado,
fresco sombrero de hilo
y un buen techo de verano:
las verdes ramas del tilo.
Qué fantástico se duerme
bajo la sombra de un tilo.
Se sueñan sueños perfumados
si se es señor de estilo.
Y los días en que llueve,
él se queda muy tranquilo
sin que la lluvia le impida
su dormitar bajo el tilo.
Tiene una buena razón
para quedarse tranquilo:
pone el sombrero al revés
y le llueve té de tilo.