Ogrofeo, el espantoso,
cavó un profundo pozo;
larga soga agarró
y al gran pozo se tiró.
Dando gritos de socorro
logró que acudiera un zorro.
Cuando el zorro se asomó
al gran pozo se cayó.
Ogrofeo con sus gritos
atrajo a un pajarito.
Cuando al pozo se asomó
el pajarito cayó.
Ogrofeo pidió auxilio
y se acercó don Atilio.
Don Atilio se asomó
y al gran pozo se cayó.
Ogrofeo los comió
y con la soga subió.
Dio un eructo estridente
y se fue a lavar los dientes.
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